Como de costumbre, me tocó ir sentado junto al ala del avión. Probablemente es el mejor lugar porque ahí se ubican las salidas de emergencia y como consecuencia el espacio entre asientos es más amplio.
La comida estaba incluida en casi todos los hoteles que fotografié. En algunos la comida afortunadamente no era buffete.
Me tocó un clima inusualmente lluvioso. La tormenta me imposibilitó para hacer algunas de las tomas de exteriores.
Me encantó la zona de la Bahía Petempich. Entre los manglares se pueden ver cocodrilos.
Algunas tomas las tuve que realizar muuuy temprano, asi que me levantaba antes del amanecer. Por cierto, me tocaron algunas vistas espectaculares desde los cuartos de hotel.
Otras tomas se realizaron al atardecer o por la noche.
Mi camarita tomó miles de fotos. Con lo que se ganó a pulso el título de heroica.
Y todo es esfuerzo y trabajo para pagarle el vicio al gato Miguelón.
